Hace ya 4 años que salió el libro de Agustín Laje llamado “El Nuevo Libro De La Nueva Izquierda”.
Yo lo compré, lo leí con mucha atención, y admito haberlo disfrutado mucho en su momento. El libro hace un buen trabajo revelando las conexiones que los movimientos LGBT+, la calentología, y el globalismo actual tienen en común con la izquierda. Sin embargo, pero los coloca en un nivel separado como si hubiesen sido una evolución y que ya el marxismo clásico no debía ser tomado tan en serio. También menciona que conservadurismo como la mejor arma para luchar contra él, aunque no dice cómo.
Si fuese útil quedarse en una visión superficial de los problemas que aquejan al mundo en este momento, recomendaría que compraran el libro.
Sin embargo, el libro es sólo eso. Una visión superficial y lamentablemente vacua de un tema extremadamente importante.
Las descripciones que hace Laje acerca de la izquierda dan a entender que ni él mismo sabe a qué se está enfrentando. Y, como dice al ahora aclamado James Lindsey del podcast New Discourses; no se puede curar algo que no se entiende.
Pero entonces ¿A qué nos estamos enfrentando?
En estos momentos, occidente se está enfrentando a algo llamado teoría crítica y a un proyecto que lleva en marcha al menos 250 años. El término Teoría Crítica fue definido por Max Horkheimer, pero fue Herbert Marcuse en su libro “One Dimentional Man” el que comienza a mostrar las aplicaciones de este concepto como herramienta de cambio social. De esto tengo que hablar a fondo en entradas futuras ya que, sin que muchos lo hayan advertido, ha sido el libro que más ha influenciado la cultura occidental en los últimos 100 años.
¿Qué es la teoría crítica?
La teoría crítica es un sistema de creencias que sostiene que la sociedad es organizada por un grupo de supremacistas a través de algo llamado “sistema” para su propio beneficio. Y estos supremacistas vienen trabajando en la construcción de este sistema desde hace siglos o milenios, dependiendo de los autores o de a qué se esté atacando. Por ejemplo, si se aplica teoría crítica racial (CRT por sus siglas en Inglés), los supremacistas vienen trabajando desde 1619. Pero si quieren atacar al cristianismo, entonces la fecha cambia a unos tres milenios en el pasado.
Los teóricos críticos piensan que la mayoría de la gente que participa de este sistema, no sabe que lo hace. Por tanto, el trabajo de la vanguardia de la teoría crítica es "despertar" (awaken) a todos los participantes de esta conspiración que mantiene a las minorías oprimidas.
Al final, lo que buscan es lo mismo que Marx. Quieren imponer a la larga una dictadura del oprimido que sirva de vehículo para el paso del capitalismo hacia el comunismo.
Es decir, es una gigantesca teoría de la conspiración que busca destruir al sistema despertando agentes. Y si tratas de desenmascararlos, te acusan de conspiranoico. Es brillante.
¿Cómo se enseña Teoría Crítica?
El hecho de que todo docente o autoridad escolar pueda decir que a nuestros niños no se les enseña teoría crítica (o marxismo) sin técnicamente mentir no es accidente. De hecho, es una trampa espistémica muy sofisticada.
El problema está en que la teoría crítica, al igual que el marxismo, debe estar imbuida de praxis. No se debe enseñar, se debe “ser”. Es decir, se debe moldear la mente de los estudiantes o subordinados de acuerdo a los supuestos de la teoría crítica sin pasar por la enseñanza formal.
Para entender esto, se debe leer el libro de Paulo Freire llamado Pedagogía del Oprimido. Este libro es la tercera obra más citada en textos y artículos de ciencias sociales en el mundo, así que no es un libro oscuro que ningún pedagogo conoce.
En su obra, Freire casa el marxismo a la educación y explica que la enseñanza formal es una enseñanza bancarizada y ésta debe ser superada. Propone que la educación debe estar dirigida a que el profesor (colonizador) ayude al estudiante (colonizado) a reconocer toda instancia de opresión y a sus opresores en todo momento.
Por eso es que las víctimas nunca se reconocen a sí mismas como marxistas o siquiera han oído hablar de Marx, Marcuse, o Foucault, pero defienden sus ideas como si fuesen propias.
Otra de las causas de que no muchos de nosotros hayamos escuchado hablar de este término es que toda la izquierda contemporánea, incluidos los intelectuales y los medios, han dedicado enormes fuerzas para ocultarlo o “desmentirlo”.
Hoy en día, en Estados Unidos, hay un movimiento de envergadura más o menos decente tratando de desenmascarar la Teoría Racial Crítica y su efecto en las escuelas. Sin embargo, los medios y autoridades más importantes se han dedicado a ridiculizar el término o a decir que no existe ya que nadie lo enseña de manera “formal”.
Más importante aún, nuestros adalides de la libertad no se han atrevido a hablar de este cáncer. Laje apenas hace menciones tangenciales a Marcuse y su obra, y sólo para hablar de su obra Eros Y La Civilización, que es importante pero no crucial.
Esta “Nueva Derecha” que tanta esperanza nos da en Latinoamérica, está naciendo con pies de barro y no tiene idea contra qué es lo que debe luchar. Mientras ellos se enfrascan en debates contra feministas o intentan frenar políticas que de igual manera van a avanzar, la izquierda sigue trabajando las mentes de los jóvenes y capturando más teóricos críticos a velocidades que ni nos imaginamos.
Agustín Laje acaba de lanzar un nuevo libro llamado La Batalla Cultural, el cual espero leer pronto. Sin embargo, mis expectativas son que esta nueva entrega adolezca de los mismos problemas de su anterior título y termine confundiendo aún más el debate sobre lo que es la Derecha a largo plazo. Espero equivocarme rotundamente.
¿Pero ustedes qué piensan?
Me llama la atención que habiéndose originado la Pedagogía Critica, en Latinoamérica, Laje no difunda esa información. Coincido en que la batalla política es mucho mas importante que la llamada batalla cultural, además de que se pueden hacer las dos simultáneamente. Excelente articulo.